Lo que nos encontramos son dos situaciones:
-Por un lado nos encontramos con los que se conforman con la vida que les ha sido impuesta y que al final terminan sin alcanzar el verdadero éxito; y la mayoría incluso pasa a vivir una vida de frustración continúa.
-Por otro lado tenemos a los ambiciosos e inconformistas (mi antigua situación), que se niegan a tener una vida sin sentido y se lanzan a por un éxito que nunca termina de llegar porque o emprenden proyectos solo por dinero o se dejan guiar por el primer «gurú» que intenta venderles la fórmula mágica para ganar mucho dinero en poco tiempo. En definitiva, cosas todas ellas muy alejadas de la base del éxito y la riqueza: cumplir tu misión única sirviendo con tus dones al mayor número de personas.
-Si desconoces cuáles son tus pasiones, tus dones únicos y lo que has venido a hacer.
-Si, cuando crees que has identificado tu misión, tu mente y tu entorno te distraen haciendo que constantemente tengas dudas, te sientas perdido y cuestiones si has elegido el camino adecuado.
-Si estás cansado de leer libros, hacer cursos, seminarios, carreras, masters y, en definitiva, “acumular información” sin que nada te de realmente resultado porque a pesar de todo eso, en el fondo, sigues perdido.
-Si quieres emprender, reinventarte, o acabas de terminar la carrera y quieres asegurarte muy bien de elegir el negocio a emprender o el trabajo correcto.
-Si estás teniendo mucho éxito y la gente te admira pero tú crees que puedes hacer algo que te llene más. O incluso, quizás, ya sabes cuál es tu propósito de vida pero quieres descubrir cómo servir aún más al mundo.
-Si aún sigues sin descubrir tu misión porque te gustan demasiadas cosas, por tus miedos o porque te cuesta encontrar algo que te llene tanto como para dedicarte a ello al 100%.
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